El grupo se origina con miembros de la Parroquia, “Ntra. Sra. de las Américas”, y personal que trabaja en la Escuela “La Inmaculada” Fe y Alegría, ubicadas en Brisas del Orinoco, de Ciudad Bolívar, Venezuela.
Tanto la Parroquia como la escuela son dirigidas por las Hermanas Concepcionistas, de quienes hemos aprendido y conocido sobre Carmen Sallés y el Carisma Concepcionista. Todas las Hermanas que han pasado por aquí nos han fortalecido en la Fe cristiana y en el Carisma Concepcionista, por lo que les estamos muy agradecidos, primero a Dios y después a ellas.
Conocedoras que el Carisma Concepcionista es un Don a la Iglesia, por medio de M. Carmen Sallés, queremos saber más de él. Nos alegra mucho la canonización de M. Carmen, creemos nos está diciendo que debe seguir dando vida hoy y aquí, por medio de quienes nos sentimos llamadas a caminarlo.
En el año 2004 fuimos acompañadas por la Hermana María Colina, trabajamos con el material de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, evidenciándose un fortalecimiento espiritual y mayor.
Participamos en el encuentro del MLC, en Los Teques, integrado por los miembros de los distintos colegios, ello nos hizo sentirnos más concepcionistas y deseosas de conocer y crecer en el conocimiento congregacional, como MLC.
En el año 2008, el grupo adquiere carácter formal como MLC, con el acompañamiento de M. Josefa Lázcoz, y aquí después de un largo discernimiento, le dimos el nombre de: “CAMINANDO CON CARMEN SALLÉS”, fue escogido por el grupo deseoso de llevarlo a la práctica con fidelidad.
El grupo lo formamos 12 miembros y actualmente somos acompañados por la Hermana M. María Jesús Lobato. Hemos crecido en el compromiso evangelizador, tanto en la familia, que es el primer campo, como en la Parroquia Nuestra Señora de América, la Parroquia de los Próceres y en el Barrio de Nazaret. donde desde hace varios años están presentes las Concepcionista, a las que como familia nos sentimos integradas.
Somos conscientes de nuestro primer campo, el hogar, en el que cada una trata de formarse y ser testimonio. En el apostolado en la medida que nuestros deberes nos permiten. Queremos que donde estemos podamos ser Testigos de Cristo a quien servimos, como M. Carmen.
Sentimos la necesidad de fortalecernos en los espacios formativos que nos alimentan y hacen crecer como grupo. Necesitamos ciencia y virtud, para repartirlo, nos diría M. Carmen.